El 19 de diciembre de 2024, los líderes de la UE se reunieron en Bruselas para abordar el conflicto en curso en Ucrania, especialmente a la luz de la próxima presidencia de Donald Trump en Estados Unidos. La reunión tenía como objetivo elaborar estrategias para empoderar a Ucrania para que participe en posibles negociaciones de paz con Rusia desde una posición de fuerza.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky instó a los países de la UE a proporcionar sistemas de defensa aérea adicionales para proteger la infraestructura crítica, incluidas las plantas de energía nuclear y los depósitos de gas. También pidió asistencia para establecer espacios seguros en las escuelas y garantizar la seguridad alimentaria de las familias afectadas por el conflicto.
Las discusiones estaban marcadas por la preocupación de que Trump pudiera presionar a Ucrania y Rusia hacia negociaciones, amenazando potencialmente la ayuda militar a Ucrania si esta se negaba. Trump ha manifestado su intención de acelerar el fin de la guerra de Rusia contra Ucrania, lo que plantea preguntas sobre la posibilidad de que las naciones europeas envíen fuerzas de mantenimiento de la paz a Ucrania si fuera necesario.
Zelensky advirtió sobre las graves consecuencias si el apoyo de EE. UU. se detuviera, enfatizando la necesidad de un frente unido entre EE. UU. y Europa para contrarrestar eficazmente la agresión rusa. Dijo: 'Solo juntos pueden Estados Unidos y Europa detener realmente a Putin y salvar a Ucrania.'
El canciller alemán Olaf Scholz expresó optimismo sobre la cooperación continua entre EE. UU. y Europa bajo Trump, afirmando que las decisiones sobre Ucrania no deberían tomarse sin la participación de los ucranianos. Scholz subrayó la importancia de la unidad entre los Estados miembros de la UE para apoyar a Ucrania mientras sea necesario, prometiendo que Alemania seguirá siendo el mayor apoyo de Ucrania en Europa, con compromisos de ayuda militar que suman 28 mil millones de euros.
Sin embargo, la perspectiva de unidad es incierta, ya que Hungría, bajo el liderazgo del primer ministro Viktor Orbán, ha resistido el apoyo militar adicional a Ucrania y podría bloquear nuevos planes de ayuda de la UE. Orbán ha sugerido un alto el fuego y un intercambio de prisioneros con Rusia, que Zelensky contrarrestó afirmando que Orbán no tiene el mandato para negociar con Putin.
Antes de la reunión de la UE, se llevaron a cabo discusiones confidenciales dentro de la OTAN, a las que asistieron Scholz, junto con líderes de Polonia, Italia, Dinamarca y los Países Bajos, así como Zelensky y los ministros de Relaciones Exteriores de Francia y el Reino Unido. Los detalles sobre posibles fuerzas de mantenimiento de la paz para garantizar un alto el fuego permanecieron poco claros, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, advirtió sobre los debates públicos sobre un posible acuerdo entre Ucrania y Rusia.
Rutte destacó la necesidad de concentrarse en fortalecer a Ucrania y permitir que Zelensky participe en negociaciones con Rusia cuando sea apropiado.