El 18 de diciembre de 2024, líderes europeos se reunieron en Bruselas con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, para discutir iniciativas de paz y el posible despliegue de fuerzas de mantenimiento de la paz en Ucrania, antes de la toma de posesión del presidente estadounidense Donald Trump en enero.
Entre los asistentes se encontraban el canciller alemán Olaf Scholz, el presidente francés Emmanuel Macron, el presidente polaco Andrzej Duda, el presidente del Consejo Europeo Antonio Costa y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen. La reunión se llevó a cabo tras la presión de Trump sobre las naciones europeas para que supervisaran cualquier acuerdo de paz futuro entre Ucrania y Rusia enviando tropas a Ucrania.
La primera ministra italiana Giorgia Meloni y el primer ministro británico Keir Starmer también se reportaron como participantes, y la reunión se organizó en el marco de la cumbre UE-Balcanes occidentales en Bruselas.
El inminente regreso de Trump a la Casa Blanca plantea preocupaciones entre los funcionarios europeos sobre varios temas, incluidos la seguridad, el comercio y la postura de la UE hacia China. El enfoque inmediato sigue siendo Ucrania, especialmente dado el objetivo declarado de Trump de resolver el conflicto en 24 horas.
Los líderes europeos han acordado una única prioridad: convencer a Trump de que Ucrania debe entrar en las negociaciones desde una posición de fuerza, ya que un mal acuerdo podría socavar su estatus internacional.
Si bien este argumento está siendo promovido por Rutte y varios líderes de la UE, se considera poco probable que Trump se vea influenciado solo por esta perspectiva. Por lo tanto, han comenzado las discusiones sobre propuestas destinadas a ganar la simpatía de Trump.
Una de las principales preocupaciones de la UE es que las negociaciones sobre el futuro de Ucrania podrían resultar en pérdidas territoriales inmediatas y más avances rusos en el este, lo que podría aumentar el número de refugiados ucranianos en la UE y poner en peligro las aspiraciones de Kyiv de unirse a la OTAN, así como sus ambiciones de membresía en la UE.
Los funcionarios de la UE creen que un préstamo del G7 recientemente acordado de 50 mil millones de euros se extenderá hasta finales de 2025, lo que indica que cualquier nuevo financiamiento señalaría apoyo continuo a Ucrania hasta 2026 y 2027.
Sin embargo, asegurar apoyo financiero adicional para Ucrania presenta desafíos. La UE está explorando varias opciones para proporcionar más asistencia financiera, según Politico. Una propuesta consiste en prestar dinero a Kyiv a tasas preferenciales y períodos de reembolso más largos, utilizando el espacio disponible en el presupuesto de la UE.
Otra opción es aumentar la capacidad de endeudamiento de la UE contra este espacio, con los Estados miembros proporcionando garantías financieras, modeladas a partir del mecanismo SURE de 100 mil millones de euros diseñado para apoyo temporal de emergencia.
Otras posibilidades incluyen el Mecanismo Europeo de Estabilidad, que mantiene una capacidad de préstamo de 422 mil millones de euros, y la posible reutilización de fondos no utilizados de NextGenerationEU, de los cuales solo se ha utilizado el 41 % para la recuperación y resiliencia posterior a la pandemia, sumando hasta ahora 650 mil millones de euros.
Dado que los gastos mayores de Ucrania probablemente implicarán aumentos en las compras de armas de EE. UU., algunas capitales de la UE podrían oponerse a esta dirección. Algunos responsables de políticas en Bruselas abogan por un paquete más integral que combine miles de millones para Ucrania con concesiones de seguridad, defensa y comercio de la UE, como la compra de más gas natural licuado y productos agrícolas estadounidenses, así como una mayor alineación con la postura estadounidense más estricta hacia China.
Las instituciones de la UE y los Estados miembros reconocen el desafío que representa Trump, y parece que proporcionar apoyo financiero adicional a Ucrania es inevitable, formando un aspecto crítico del enfoque más amplio del bloque.