El 30 de octubre de 2024, la Comisión Europea anunció su intención de avanzar en las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia para 2025, enfatizando la urgencia planteada por las acciones de Rusia. Esta declaración se realizó durante una revisión anual del proceso de ampliación de la UE, que destacó el estancamiento del progreso de Georgia hacia la adhesión debido a la alineación de su partido gobernante con los intereses rusos.
Ucrania y Moldavia iniciaron sus negociaciones de adhesión a la UE en junio de 2022, tras la invasión rusa de Ucrania. La Comisión informó que la evaluación de la conformidad con las leyes de la UE en ambos países avanza bien. Las negociaciones reales sobre 35 temas, incluidos la fiscalidad y la política ambiental, pueden comenzar una vez que se complete la evaluación.
El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, comentó que Ucrania está luchando en dos frentes, contra la guerra en curso y por las reformas necesarias para cumplir con los estándares de la UE, afirmando: “Los ucranianos están luchando en dos batallas al mismo tiempo.” Aseguró apoyo continuo a los esfuerzos de reforma de Ucrania.
El reciente referéndum de Moldavia para unirse a la UE estuvo marcado por acusaciones de interferencia rusa, sin embargo, el comisionado de ampliación reconoció avances significativos en la recuperación del país de la corrupción. Tanto Kiev como Chisinau presentaron sus solicitudes de adhesión a la UE como respuesta a los cambios geopolíticos provocados por la invasión rusa.
Georgia recibió el estatus de candidato en diciembre de 2022, pero sus negociaciones permanecen congeladas debido a una legislación controvertida que se percibe como alineada con las políticas rusas. Borrell enfatizó que Georgia debe derogar esta ley para volver a involucrarse en el proceso de adhesión a la UE.
El informe de la Comisión destacó la amenaza existencial que representa Rusia, afirmando que los países no pueden mantener vínculos con Moscú si aspiran a unirse a la UE. Borrell advirtió a Serbia sobre la necesidad de alinear su política exterior con la de la UE para no poner en peligro sus perspectivas de membresía.
Turquía sigue siendo un candidato a la adhesión a la UE, pero sus conversaciones de adhesión se han estancado desde 2016 debido a la represión política.