En junio de 2025, Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo comercial destinado a restablecer el suministro de tierras raras, esenciales para diversas industrias estadounidenses.
El presidente de EE. UU., Donald Trump, anunció que China proporcionará "imanes y cualquier tierra rara necesaria" por adelantado, mientras que EE. UU. acordó permitir que los estudiantes chinos continúen sus estudios en instituciones de educación superior estadounidenses.
El acuerdo también establece que EE. UU. impondrá aranceles del 55% a las importaciones chinas, mientras que China aplicará aranceles del 10% a los productos estadounidenses. Estas medidas tienen como objetivo equilibrar las relaciones comerciales entre las dos naciones, que se habían visto marcadas por tensiones en los meses anteriores.
Las tierras raras son elementos químicos esenciales para la fabricación de imanes permanentes de alta resistencia, utilizados en vehículos eléctricos, turbinas eólicas y diversos dispositivos electrónicos. China posee alrededor del 70% de las reservas conocidas de tierras raras y procesa aproximadamente el 90% del suministro mundial, lo que le otorga una posición dominante en el mercado.
Antes del acuerdo, China había impuesto restricciones a la exportación de siete elementos de tierras raras, incluidos neodimio, praseodimio, disprosio, terbio, europio, iterbio y lutecio, lo que afectó significativamente a las cadenas de suministro estadounidenses. Estas medidas fueron vistas como una respuesta a los aranceles estadounidenses y generaron preocupación por la dependencia de EE. UU. del suministro chino de estos materiales críticos.
A pesar del acuerdo, los analistas señalan que cuestiones fundamentales, como la dependencia de EE. UU. de las tierras raras chinas y las restricciones a la exportación relacionadas con la seguridad nacional, siguen sin resolverse. La necesidad de diversificar las fuentes de suministro y reducir la vulnerabilidad a futuras restricciones comerciales sigue siendo un desafío para Estados Unidos.
El acuerdo también incluye disposiciones relacionadas con los estudiantes chinos en EE. UU., permitiéndoles continuar sus estudios sin restricciones adicionales. Esta medida tiene como objetivo fortalecer los lazos educativos y culturales entre los dos países, a pesar de las tensiones comerciales.
En resumen, el acuerdo entre EE. UU. y China sobre la exportación de tierras raras representa un paso significativo para reducir las tensiones comerciales, pero aún es necesario abordar los problemas estructurales subyacentes para garantizar una relación comercial más equilibrada y sostenible en el futuro.