El 24 de noviembre de 2024, científicos del Instituto de Biotecnología de Toulouse y Carbios anunciaron un avance significativo en plásticos biodegradables. Han desarrollado una solución que permite que el ácido poliláctico (PLA), un bioplástico de origen vegetal utilizado comúnmente en artículos de un solo uso, se descomponga en compostadores domésticos.
El PLA generalmente requiere temperaturas superiores a 60 °C para degradarse, pero los investigadores han integrado una enzima recién desarrollada en el material, lo que permite su descomposición en varios entornos, incluyendo aire, agua y suelo, independientemente de la temperatura. Esta innovación permite que el PLA se desintegre en menos de seis meses en un entorno de compostaje doméstico, como se publicó en la revista de renombre Nature.
A pesar de las afirmaciones de biodegradabilidad, el PLA tradicional no ha sido efectivamente compostable. El equipo de investigación se centró en crear enzimas robustas que puedan resistir las altas temperaturas utilizadas en la producción de PLA. Isabelle André, investigadora principal en el TBI, declaró: “Nuestro equipo se especializa en desarrollar catalizadores que utilizan la biología para degradar plásticos o producir nuevas moléculas a través de vías químicas complementarias.”
Actualmente, el PLA representa solo el 0,1 % de la producción mundial de plástico, pero está ganando interés de los fabricantes que buscan cumplir con los estándares de reciclaje y biodegradabilidad. Alain Marty, director científico de Carbios, señaló que las empresas están bajo presión de los consumidores y los gobiernos para encontrar soluciones viables, y que deben ir más allá del simple greenwashing.
Carbios también se está asociando con el grupo francés Sleever, que opera una instalación cerca de Toulouse. Sleever produce mangas de plástico utilizadas para empaques y etiquetado, y pronto estas se fabricarán con PLA enzimático, diseñado para descomponerse en el compost doméstico.