Un nuevo estudio destaca el potencial de aumentar la diversidad de plantas en la agricultura para mejorar la secuenciación de carbono en los suelos. A medida que el sector agrícola busca reducir su huella de carbono, promover la biodiversidad puede ser una estrategia clave para la producción de alimentos sostenible.
Con más del 40 % de la superficie terrestre del planeta dedicada a la agricultura, la necesidad de que los agroecosistemas contribuyan a la mitigación del clima es urgente. La investigación, liderada por Luiz Domeignoz-Horta de la Universidad de Zúrich, se centra en el experimento TwinWin en Finlandia, que examina el impacto de la diversidad de plantas en los procesos microbianos en el suelo.
El estudio involucró el cultivo de cebada en varias combinaciones con hasta ocho especies de plantas diferentes, incluidas aquellas que fijan nitrógeno y tienen raíces profundas. Los investigadores midieron la eficiencia del uso de carbono por parte de los microbios para evaluar cuán efectivamente convierten las entradas de carbono en biomasa en lugar de liberarlas como CO₂.
Los hallazgos revelaron que una mayor diversidad de plantas fomentaba interacciones beneficiosas entre los microbios del suelo, mejorando la retención de carbono. Además, la diversidad de plantas aumentó la producción total de biomasa sin comprometer los rendimientos de cebada, sugiriendo un enfoque viable para mejorar la salud del suelo mientras se mantiene la producción agrícola.
Domeignoz-Horta enfatizó que, si bien la implementación de mezclas de cultivos diversas puede ser intensiva en mano de obra, especialmente para los pequeños agricultores, políticas de apoyo podrían facilitar la adopción de tales prácticas. Este enfoque podría contribuir en última instancia a la 'agricultura de carbono', ayudando a la secuenciación de carbono y promoviendo prácticas agrícolas sostenibles.