Las comunidades rurales de los Andes en Colombia y Ecuador están movilizándose para proteger frágiles humedales de gran altitud, conocidos como paramos, mientras ambos países experimentan severas restricciones de agua y energía debido a un fuerte fenómeno de El Niño. Este fenómeno ha provocado condiciones de sequía, agravadas por el cambio climático y la actividad humana.
Colombia y Ecuador dependen en gran medida de las represas hidroeléctricas para sus necesidades energéticas. La sequía actual ha resultado en racionamientos de agua rotativos en Bogotá, la capital de Colombia, mientras que la red energética de Ecuador enfrenta una presión significativa, lo que ha llevado a cortes de energía para conservar agua en las represas. En respuesta a la crisis, Colombia ha suspendido las exportaciones de electricidad a Ecuador.
Activistas de base, apoyados por organizaciones internacionales como Conservation International, están trabajando para restaurar especies de plantas nativas en estos humedales. En Paluguillo, Ecuador, se ha establecido un vivero comunitario para cultivar árboles de papel, que son cruciales para capturar y almacenar agua. Esta iniciativa ha resultado en la plantación de 40,000 árboles, con planes para cultivar otros 100,000.
En Colombia, activistas locales están desarrollando planes de conservación para el área protegida de Vista Hermosa de Monquentiva dentro del paramo de Chingaza. Esta área protegida, que ha estado bajo protección desde 2018, es vital para mantener el suministro de agua y los reservorios hidroeléctricos. La restauración de este ecosistema se considera esencial para combatir los efectos del cambio climático.