El 13 de octubre de 2024, China se comprometió a aumentar significativamente su deuda para revitalizar su economía, aunque no se revelaron detalles específicos sobre el valor total del paquete de estímulo. El Ministro de Finanzas, Lan Foan, declaró que Pekín ayudaría a los gobiernos locales a gestionar problemas de deuda, proporcionaría subsidios a personas de bajos ingresos, apoyaría el mercado inmobiliario y recapitalizaría los bancos estatales, entre otras medidas.
Los inversores han esperado durante mucho tiempo estos pasos, ya que la segunda economía más grande del mundo enfrenta presiones deflacionarias y una disminución de la confianza de los consumidores, en gran parte debido a un mercado inmobiliario en declive. Sin embargo, la falta de una cifra precisa para el paquete de estímulo prolonga las incertidumbres para los inversores, que buscan políticas claras antes de la próxima reunión de la legislatura china, que se espera que apruebe la emisión de deuda adicional.
Los datos económicos recientes han generado preocupaciones de que el objetivo de crecimiento del gobierno de aproximadamente 5% para este año podría estar en riesgo, con indicios de un posible declive estructural a largo plazo. Se espera que los datos económicos de septiembre, que se publicarán en los próximos días, reflejen una debilidad económica continua, a pesar de que los funcionarios chinos expresan plena confianza en alcanzar el objetivo para 2024.
La especulación sobre un nuevo estímulo fiscal se alimentó de una reunión de los principales líderes del Partido Comunista en septiembre, que indicó un aumento de la urgencia en relación a la economía. Tras esa reunión, las acciones chinas alcanzaron máximos de dos años, aumentando un 25% en pocos días, antes de retroceder nuevamente ante la incertidumbre persistente sobre los detalles de las políticas oficiales.
El mes pasado, se informó que China planea emitir bonos soberanos especiales por un valor de aproximadamente 2 billones de yuanes (unos 284,43 mil millones de dólares) este año como parte de su estímulo fiscal. Se espera que la mitad de esta cantidad ayude a los gobiernos locales a gestionar sus deudas, mientras que la otra mitad subsidiará la compra de electrodomésticos y otros bienes, así como proporcionará ayuda mensual de alrededor de 800 yuanes (114 dólares) para hogares con dos o más niños.
Además, Bloomberg News informó que China está considerando inyectar hasta 1 billón de yuanes en sus mayores bancos estatales, aunque los analistas advierten que la débil demanda de crédito podría limitar la efectividad de esta medida. En septiembre, el Banco Central anunció medidas de apoyo monetario sin precedentes desde la pandemia de COVID-19, que incluyen recortes de tasas de interés y una inyección de liquidez de 1 billón de yuanes. Sin embargo, los analistas enfatizan que Pekín debe abordar problemas estructurales más profundos, como aumentar el consumo y reducir la dependencia de inversiones en infraestructura financiadas por deuda.