Informes recientes de fuentes chinas indican que los motores WS-10 producidos localmente para el caza J-20 han mejorado significativamente su rendimiento y capacidades operativas. Este desarrollo, reportado por el Global Times el 10 de octubre de 2024, sugiere que los nuevos motores permiten al avión manejar mejor condiciones extremas, incluyendo altitudes elevadas y climas severos.
Un ingeniero de aviación chino destacó que estos motores han 'desatado el potencial del J-20', que anteriormente dependía de motores importados que limitaban su rendimiento. El informe también señala que las mejoras van más allá de los motores, abarcando rediseños de la estructura y varios subsistemas.
Las implicaciones de esta mejora son considerables, especialmente para la dinámica militar global. A medida que China aumenta la producción del J-20, el posible aumento en el tamaño de su flota representa un desafío estratégico, particularmente para Estados Unidos y sus aliados. Aunque la capacidad del J-20 para competir con el F-35 sigue siendo incierta, el simple número de aviones avanzados podría alterar el equilibrio de la superioridad aérea en la región.
Mientras el Pentágono monitorea estos desarrollos, el enfoque permanece en las capacidades del J-20 y la intención de China de afirmar su presencia militar tanto a nivel regional como global.