El 8 de octubre de 2024, China anunció un nuevo paquete de estímulo económico que ha llevado a un notable aumento del 15 % en el mercado de valores, señalando un posible cambio en el enfoque del gobierno hacia la recuperación económica. Este paquete recuerda al estímulo de 568 mil millones de dólares implementado a finales de 2008, que ayudó a China a evitar una recesión severa durante la crisis financiera global.
Según Shang-Jin Wei, profesor de la Escuela de Negocios de Columbia, el estímulo anterior logró aumentar el crecimiento del PIB de China al 10 % en 2010, mejorando así la demanda global. El éxito del paquete actual dependerá de varios factores, incluida su tamaño, alcance y efectividad para estimular el crecimiento interno, al tiempo que fortalece los lazos económicos con otros países.
Las reacciones del mercado sugieren una mayor confianza en la disposición del gobierno para implementar medidas audaces para fomentar el crecimiento económico. Sin embargo, la verdadera prueba será si esta confianza se traduce en gastos de consumo, inversión privada y estatal, y un resurgimiento de la inversión extranjera directa en los próximos meses y años.
Wei enfatiza que, aunque el nuevo paquete es un paso crucial para reactivar el crecimiento, China también debe llevar a cabo más reformas estructurales para mantener la estabilidad económica a largo plazo. Las reformas clave deben centrarse en mejorar el clima empresarial para todas las empresas, especialmente las no estatales y extranjeras, para alentar la inversión y el gasto de los consumidores.