La Corte Suprema de EE. UU. ha puesto fin a la batalla legal sobre 69,370 Bitcoin confiscados del mercado negro Silk Road, valorados en aproximadamente 4.4 mil millones de dólares. Al negarse a escuchar el caso, la Corte ha permitido al gobierno de EE. UU. proceder con la venta de estos bitcoins.
La disputa se originó por un reclamo de Battle Born Investments, que argumentó que tenía derechos legítimos sobre el Bitcoin confiscado, afirmando que adquirió los activos a través de una sucesión de quiebra vinculada a Raymond Ngan. Battle Born sostenía que Ngan era el infame 'Individuo X', un hacker que había robado Bitcoin de Silk Road antes de entregar los fondos robados a las autoridades. Sin embargo, tanto los tribunales federales como los de apelación desestimaron estas reclamaciones.
Para entender la importancia de esta decisión, es esencial considerar el contexto del caso Silk Road. Fundada por Ross Ulbricht en 2011, Silk Road se hizo famosa como una plataforma para transacciones ilegales, permitiendo a los usuarios comprar bienes ilícitos utilizando Bitcoin. El FBI cerró el mercado en 2013, arrestando a Ulbricht y confiscando millones de dólares en Bitcoin vinculados a actividades ilegales.
Tras la decisión de la Corte Suprema, el gobierno de EE. UU. está preparado para vender el Bitcoin confiscado, bajo la supervisión del Servicio de Alguaciles de EE. UU. Parte de los fondos ya se ha transferido a Coinbase Prime, lo que indica preparativos para una subasta inminente. Esta venta podría tener implicaciones significativas no solo para el mercado de criptomonedas, sino también para el paisaje político en EE. UU.
Durante la Conferencia Bitcoin 2024 en Nashville, el candidato presidencial Donald Trump esbozó su visión para el Bitcoin confiscado, proponiendo la creación de una 'reserva estratégica de Bitcoin' para EE. UU., instando a la administración actual a retener los Bitcoins en lugar de venderlos, similar a lo que hizo el gobierno alemán.