El 6 de octubre de 2024, la Unión Europea se enfrenta a una oposición significativa por parte de los fabricantes de pintura con respecto a un propuesto 39,7% de arancel anti-dumping sobre las exportaciones chinas de dióxido de titanio. El arancel, iniciado como una medida provisional en junio y que espera aprobación final en enero, ha levantado alarmas entre los productores europeos que advierten que podría poner en peligro la base industrial de Europa, potencialmente sacando del mercado a pequeños fabricantes y llevando a las empresas más grandes a reubicar sus operaciones.
El arancel fue introducido tras una investigación anti-dumping iniciada el año pasado. La Comisión Europea ha permitido a los fabricantes de pintura hasta el 21 de octubre para expresar sus preocupaciones. Nicolas Dujardin, COO de la empresa francesa Oceinde, enfatizó la naturaleza crítica de este asunto, afirmando: "Es una cuestión de supervivencia para estas industrias" y prevé posibles quiebras.
Paula Salastie, propietaria de la empresa finlandesa Teknos, señaló que el aumento de los precios del dióxido de titanio conduciría a una contracción en la oferta, resultando en inevitables pérdidas de empleo y una retirada de inversiones de la región. Pedro Serret Salvat, presidente de las divisiones de PPG para Europa, Medio Oriente y África, coincidió con estos sentimientos, afirmando que los aranceles tendrían un impacto negativo en la competitividad del sector europeo.
A pesar de estas preocupaciones, se reconoce que los productores occidentales de dióxido de titanio han sido gravemente afectados por la competencia china, cuya producción ha aumentado de 1,4 millones de toneladas en 2008 a más de 6 millones de toneladas este año, capturando un 83% de la cuota de consumo global.
El Financial Times también destacó el informe de la European TiO2 Coalition a la Comisión, indicando que aproximadamente 1,1 millones de toneladas de producción nacional han desaparecido desde 2007, tras el cierre de cinco plantas clave en Europa. Tronox, otro productor europeo, señaló que los problemas que enfrenta su sector son similares a los de industrias críticas como baterías, paneles solares y acero. Subrayaron que el dióxido de titanio es fundamental para la industria aeroespacial, que depende en gran medida de la disponibilidad de titanio, lo que subraya la necesidad de proteger este sector como una cuestión de resiliencia industrial.