A medida que el mundo se ve cada vez más dominado por la inteligencia artificial (IA), las preocupaciones sobre la privacidad están aumentando, especialmente en las interacciones con chatbots. Un artículo reciente de Lila Shroff para The Atlantic destaca cómo empresas como OpenAI y Anthropic están acumulando enormes volúmenes de registros de chat, a menudo bajo políticas de manejo de datos laxas. Estos registros, llenos de detalles personales, representan un riesgo significativo para la publicidad dirigida que podría explotar los 'secretos más íntimos' de los usuarios.
Las personas a menudo se sienten más cómodas revelando información personal a la IA que a interlocutores humanos, ya que los chatbots son máquinas y no personas. Esta dinámica, como se menciona en el artículo, puede llevar a los usuarios a compartir información sensible que podría ser utilizada posteriormente con fines publicitarios. El potencial de que los registros de chat se utilicen en investigaciones criminales añade otra capa de preocupación.
Con la creciente presión sobre las empresas de IA para monetizar sus productos, el riesgo de abuso se está volviendo 'cada vez más urgente.' Anuncios recientes, como el plan de Snapchat para personalizar anuncios en función de las conversaciones con su chatbot integrado, indican que la convergencia de IA y publicidad es inevitable.