El telescopio espacial James Webb descubre dióxido de carbono y peróxido de hidrógeno en Caronte, mejorando la comprensión de mundos lejanos

El 2 de octubre de 2024, el telescopio espacial James Webb (JWST) hizo un descubrimiento revolucionario al detectar trazas de dióxido de carbono y peróxido de hidrógeno en la superficie de Caronte, la luna más grande de Plutón. Este hallazgo es crucial para entender la superficie de Caronte y sus orígenes.

Anteriormente, en 2015, la sonda New Horizons de la NASA sobrevoló Plutón y sus lunas, revelando que la superficie de Caronte está cubierta de hielo de agua. Sin embargo, los científicos habían tenido dificultades para identificar ciertos químicos ocultos a longitudes de onda infrarrojas específicas hasta que el telescopio ayudó a llenar estos vacíos.

Según Carly Howett, una científica de la misión New Horizons que no participó en el nuevo estudio publicado en Nature Communications, "hay muchas firmas químicas aquí que de otro modo no habríamos visto." Los científicos creen que el peróxido de hidrógeno podría haberse formado debido a la radiación reflejada por las moléculas de agua en la superficie de Caronte. El dióxido de carbono podría haber "derramado" en la superficie después de impactos, como indicó la coautora Silvia Protopapa del Instituto de Investigación del Suroeste.

Este descubrimiento tiene implicaciones significativas para el estudio de los orígenes de Caronte y podría ayudar a descubrir las composiciones de otros planetas distantes y sus lunas. Plutón, un planeta enano, y sus lunas se encuentran en los límites del sistema solar en una región conocida como el cinturón de Kuiper. Además del hielo de agua, se han detectado previamente amoníaco y compuestos orgánicos en Caronte. Tanto Plutón como Caronte se encuentran a más de 3 mil millones de millas (4.83 mil millones de kilómetros) del Sol y probablemente son demasiado fríos para sostener vida.

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