El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha duplicado sus entregas de ayuda a Gaza, trayendo 22.000 toneladas métricas de alimentos en los últimos seis días, más que todo el suministro que entró a Gaza en noviembre. El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, destacó otros esfuerzos de socorro, señalando que seis buques tanque de combustible fueron entregados al norte de Gaza el miércoles.
Los trabajadores humanitarios están ayudando a las personas que regresan a sus hogares destrozados, proporcionándoles alimentos, agua y kits de higiene. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) está distribuyendo pulseras de identificación para los niños para ayudar a las familias a mantenerse conectadas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha suministrado combustible, tiendas de campaña y equipo para establecer puntos de estabilización de traumatismos a lo largo de la carretera de Al Rashid en colaboración con la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina.
Los esfuerzos de nutrición de emergencia continúan, con la distribución de galletas de alto contenido energético a 19.000 personas al sur de Wadi Gaza y a 10.000 personas en el norte. La asistencia para el alojamiento también se está intensificando, con socios humanitarios distribuyendo tiendas de campaña a las familias.
El agua sigue siendo una preocupación crítica, y los trabajadores humanitarios están intensificando las operaciones de transporte de agua. Solo en Rafah, se están distribuyendo diariamente 300 metros cúbicos de agua potable, suficientes para 50.000 personas.
A pesar de la creciente respuesta humanitaria, los residentes que regresan se enfrentan a riesgos significativos por la contaminación con municiones sin explotar. El Servicio de Acción contra las Minas de la ONU (UNMAS) ha advertido que entre el 5 y el 10 por ciento de las armas disparadas contra Gaza no han explotado, dejando atrás peligros mortales.
Desde octubre de 2023, al menos 92 personas han muerto o resultado heridas por municiones explosivas. Informes informales sugieren que 24 víctimas desde que comenzó el alto el fuego, según Luke Irving, jefe del Programa de Acción contra las Minas de la ONU (UNMAS) en los territorios palestinos ocupados.
UNMAS y sus socios están llevando a cabo sesiones de sensibilización, distribuyendo folletos de seguridad y escoltando convoyes humanitarios por rutas de alto riesgo.
Un nuevo marco de gestión de escombros en Gaza dirigido por la ONU tiene como objetivo garantizar la eliminación segura de los escombros, pero el progreso se ve obstaculizado por la contaminación con municiones sin explotar, la exposición a materiales peligrosos y complejas disputas de propiedad.
Mientras tanto, en Cisjordania ocupada, la violencia y las operaciones militares continúan escalando. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) ha informado de un deterioro drástico de la situación humanitaria, particularmente en las gobernaciones de Jenin y Tulkarm.
Las operaciones militares israelíes en estas áreas han provocado una destrucción significativa de la infraestructura civil. En Tulkarm, el acceso al agua y la electricidad se ha interrumpido, y las estimaciones iniciales sugieren que casi 1.000 personas han sido desplazadas en los últimos días.
Las agencias de la ONU están pidiendo un acceso sin obstáculos para entregar ayuda de forma segura y garantizar la protección de los civiles y los trabajadores humanitarios.
El Sr. Dujarric reiteró la necesidad urgente de un paso seguro para los trabajadores humanitarios, la protección de los civiles y la aceleración de los esfuerzos de reconstrucción para apoyar a los que regresan a casa.