La ONU alerta sobre la creciente crisis humanitaria en Haití en medio de la violencia de las pandillas y las expulsiones forzosas

La Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios en Haití (BINUH) informó que 1.732 personas fueron asesinadas en el cuarto trimestre de 2024 debido a enfrentamientos entre pandillas armadas, grupos de autodefensa y la policía. La situación es "cada vez más alarmante", confirmó Ulrika Richardson, Representante Especial Adjunta del Secretario General de las Naciones Unidas y Coordinadora Humanitaria de la BINUH, a la Agencia Nova.

Richardson destacó el creciente número de desplazados en la capital, Puerto Príncipe, y en la provincia norteña de Artibonite, que carecen de acceso a servicios sociales y de salud y enfrentan inseguridad alimentaria. "Estamos viendo un deterioro continuo, independientemente del indicador que se considere, las cifras siguen aumentando. Las pandillas criminales controlan más del 85% de la capital, mantienen rehenes a barrios enteros y aterrorizan a la población, obligándolos a huir", dijo Richardson, señalando que solo en 2024 fueron asesinadas 5.600 personas. "El número de desplazados internos se ha triplicado: de alrededor de 300.000 a principios de 2024, ha superado el millón después de doce meses, más de la mitad de los cuales son niños."

La ONU expresó preocupación por las expulsiones forzosas de refugiados haitianos de los países vecinos, en particular de la República Dominicana, donde son devueltos a una situación inestable y peligrosa. Richardson enfatizó la necesidad de que los países pongan fin a las deportaciones, citando la falta de necesidades básicas y el riesgo de más violencia para quienes son devueltos a Haití. "Estamos muy preocupados por las expulsiones forzosas porque las personas están siendo devueltas por la fuerza aquí, donde la situación ya es muy difícil", dijo. "Hemos pedido a muchos países, especialmente a los de la región, que no envíen a la gente de regreso porque estarían sin hogar, sin trabajo y ni siquiera tendrían los medios para moverse por Haití desde la frontera donde los dejan. ¿A dónde van? ¿Cómo pueden integrarse sus hijos si la situación ya es difícil debido a la violencia?"

Richardson pidió un enfoque humano y ordenado para cualquier posible deportación futura, enfatizando la necesidad de una detección adecuada y apoyo para las personas vulnerables, incluidos los niños y las mujeres embarazadas. "Creemos que es mejor para los países vecinos que suspendan las expulsiones y respeten la dignidad humana de estas personas", concluyó.

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