Mogadiscio (HOL) -- Somalia ha recuperado oficialmente su asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, marcando la primera vez en más de medio siglo que la nación del este de África servirá como miembro no permanente. El mandato de dos años comenzó el 1 de enero de 2025, representando un hito significativo en los esfuerzos de Somalia por restablecerse en el escenario global.
La elección del 6 de junio de 2024 vio a Somalia obtener 179 votos en la Asamblea General de la ONU, representando a África Oriental en una candidatura sin oposición. Somalia se une a Dinamarca, Grecia, Pakistán y Panamá como nuevos miembros no permanentes, reemplazando a Ecuador, Japón, Malta, Mozambique y Suiza.
James Swan, Representante Especial Interino del Secretario General de la ONU para Somalia, elogió el progreso de la nación, afirmando: 'Somalia ha recorrido un largo camino en las últimas tres décadas en su camino hacia la paz, la prosperidad y la seguridad.'
La posición de Somalia en el consejo de 15 miembros le otorga voz en decisiones relacionadas con la paz y la seguridad internacionales, incluidas sanciones y operaciones de mantenimiento de la paz. El embajador Abukar Dahir Osman expresó el compromiso de la nación de respetar la Carta de la ONU y contribuir activamente a la paz y seguridad globales.
Este desarrollo se produce en medio de complejos desafíos internos y externos. Externamente, el Memorando de Entendimiento entre Etiopía y Somalilandia, firmado en enero de 2024, obligó a Somalia a llevar a cabo una ofensiva diplomática para contrarrestar el acuerdo, que desafía su soberanía. El Acuerdo de Ankara, mediado por Turquía en diciembre de 2024, ha impactado enormemente la dinámica regional al permitir que Etiopía retroceda su anterior MoU con Somalilandia y apoye la integridad territorial de Somalia.
A nivel nacional, el gobierno federal sigue luchando con un control limitado sobre vastos territorios y enfrenta resistencia de los militantes de Al-Shabaab y disputas en curso con estados miembros federales regionales como Jubbaland y Puntland. En noviembre de 2024, Jubbaland suspendió relaciones con el gobierno federal, acusándolo de socavar la autonomía regional, mientras que Puntland ha expresado una insatisfacción persistente con el liderazgo federal, complicando los esfuerzos por unificar las estructuras de gobernanza.
La Unión Africana desempeñó un papel clave en asegurar la candidatura de Somalia. En febrero de 2024, el Consejo Ejecutivo de la UA respaldó a Somalia como el único candidato de África Oriental después de que Tanzania retirara su candidatura. La diplomacia del Primer Ministro Hamse Abdi Barre y otros altos funcionarios fue fundamental para reunir apoyo de naciones vecinas y más allá.
El embajador Osman, ampliamente elogiado por sus contribuciones a la recuperación diplomática de Somalia, calificó la elección como una 'victoria diplomática' que refleja el progreso del país.
Si bien la elección de Somalia subraya su soberanía externa – el reconocimiento de su estado por la comunidad internacional – también resalta las disparidades en su gobernanza interna. Los analistas señalan que el gobierno federal sigue lidiando con un control limitado sobre su territorio, mientras que Al-Shabaab, Somalilandia y otros actores regionales ejercen una influencia significativa.
La última vez que Somalia ocupó un asiento en el Consejo de Seguridad fue en 1971. Desde entonces, décadas de guerra civil e inestabilidad política han obstaculizado su presencia global. La elección es un testimonio de su resiliencia y determinación para reafirmarse en los asuntos internacionales.