La economía siria se ha contraído un 85% en casi 14 años de guerra civil, dañando gravemente la infraestructura y causando hiperinflación. La recuperación requerirá apoyo global.
En 2011, la economía de Siria estaba valorada en 67,5 mil millones de dólares, ocupando el puesto 68 a nivel mundial. El año pasado, se desplomó a 9 mil millones de dólares, ocupando el puesto 129, según estimaciones del Banco Mundial. Esta caída económica coloca a Siria junto a naciones como Chad y Palestina.
A lo largo del conflicto, las sanciones internacionales y el éxodo de 4,82 millones de personas—más de una quinta parte de la población—han devastado aún más el país, que ahora se encuentra entre los más pobres de Oriente Medio.
En diciembre, alrededor de siete millones de sirios, más del 30% de la población, están desplazados internamente, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
La guerra ha destruido infraestructura esencial, causando daños permanentes en los sistemas de electricidad, transporte y salud. Ciudades como Alepo, Raqqa y Homs han sufrido destrucciones extensas.
El conflicto ha provocado una devaluación significativa de la libra siria, reduciendo drásticamente el poder adquisitivo. El año pasado, Siria enfrentó hiperinflación, con el índice de precios al consumidor duplicándose en comparación con el año anterior, según el Centro de Investigación Política Siria (SCPR).
El SCPR informa que más de la mitad de la población siria vive en pobreza extrema, incapaz de satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. Los dos pilares económicos principales—el petróleo y la agricultura—han sido devastados. Las exportaciones de petróleo, que representaban aproximadamente el 25% de los ingresos del gobierno en 2010, han caído drásticamente debido a la pérdida de control sobre los campos petroleros a manos de grupos rebeldes, incluidos ISIS y fuerzas kurdas.
Las sanciones internacionales han restringido gravemente la capacidad del gobierno para exportar petróleo, llevando a una dependencia de las importaciones de Irán. Antes de que puedan comenzar los esfuerzos de reconstrucción, es esencial tener claridad sobre la futura gobernanza de Siria.
Los observadores advierten que podría tomar casi una década para que Siria regrese a los niveles de PIB de 2011 y dos décadas para una reconstrucción completa. La inestabilidad política podría empeorar aún más la situación.
Hayat Tahrir al-Sham (HTS), un antiguo afiliado de Al-Qaeda, ha expresado su intención de establecer un nuevo gobierno. Sin embargo, las estrictas sanciones internacionales siguen vigentes contra Siria y HTS, que está designado como organización terrorista por EE. UU. y la ONU.
Han surgido llamados para levantar o suavizar las sanciones contra HTS, pero tales cambios pueden tomar semanas o meses. Delaney Simon del International Crisis Group señaló que Siria es uno de los países más sancionados del mundo, afirmando que mantener estas restricciones es perjudicial para los esfuerzos de recuperación.
El 8 de diciembre, el presidente de EE. UU., Joe Biden, advirtió sobre un periodo de 'riesgo e incertidumbre' para Siria, reafirmando el apoyo de EE. UU. en colaboración con todos los grupos sirios, incluidos los procesos liderados por la ONU.
Mientras tanto, el presidente electo Donald Trump sugirió que Washington debería desentenderse. Informes indican que la administración Biden está considerando eliminar a HTS de la lista de terroristas, reconociendo su papel potencial en el futuro de Siria.
El portavoz de la Unión Europea, Anouar El Anouni, declaró que Bruselas no está actualmente involucrada con HTS ni con sus líderes y que la UE evaluará sus acciones junto con sus palabras. Una prioridad en la reconstrucción de Siria es la región oriental de Deir el-Zour, que posee aproximadamente el 40% de las reservas de petróleo de Siria.
El líder de HTS, Mohammed al-Jolani, ha negociado con antiguos funcionarios de Assad sobre acuerdos de transición de poder. Tras la imposición de un toque de queda nacional, la mayoría de las tiendas permanecieron cerradas el 9 de diciembre, pero los bancos reabrieron el 10 de diciembre, y el personal regresó a trabajar. La libra siria seguirá utilizándose.
El Ministerio de Petróleo ha solicitado a todos los empleados del sector que regresen al trabajo a partir del 10 de diciembre, asegurando medidas de seguridad. El jefe de ayuda de la ONU, Tom Fletcher, declaró que la ONU responderá a las necesidades humanitarias donde sea posible.
A medida que algunos países europeos suspenden temporalmente las solicitudes de asilo de ciudadanos sirios, el ACNUR ha pedido 'paciencia y vigilancia' respecto al regreso de refugiados. Austria se está preparando para un 'programa de repatriación y deportación ordenado' para los ciudadanos sirios.