El 23 de noviembre de 2024, la base de UNIFIL en Shama, en el sur del Líbano, fue alcanzada por cohetes supuestamente disparados por Hezbollah o sus grupos afiliados. El ataque dejó a cuatro soldados italianos levemente heridos en la misión de mantenimiento de la paz.
El Ministro de Relaciones Exteriores italiano, Antonio Tajani, condenó el asalto, enfatizando la necesidad de que tanto Israel como Hezbollah respeten la seguridad de las fuerzas de UNIFIL. Declaró: "Es inaceptable lo que está sucediendo... nuestras fuerzas armadas no deben ser tocadas."
Los informes indican que los cohetes impactaron en áreas de las instalaciones de UNIFIL donde los cascos azules se habían refugiado. Desde que comenzó la invasión terrestre de Israel en el Líbano el 1 de octubre, varios puestos de UNIFIL han sido atacados, resultando en heridas entre el personal de paz.
La Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni, también condenó el ataque, calificándolo de "inaceptable" y pidió a todas las partes en el terreno que garanticen la seguridad de los soldados de UNIFIL y trabajen rápidamente para identificar a los responsables.
El portavoz de UNIFIL, Andrea Tenenti, informó sobre "enfrentamientos intensos" entre las tropas israelíes y los combatientes de Hezbollah en diversas regiones del sur del Líbano, incluyendo Naqoura y Chamaa.
Este incidente sigue a la emisión de órdenes de arresto por parte de la Corte Penal Internacional (CPI) contra el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, el ex Ministro de Defensa Yoav Gallant y un líder militar de Hamas, acusándolos de crímenes de guerra durante el conflicto en Gaza.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 44,000 palestinos han muerto desde el inicio de la guerra, con más de la mitad reportados como mujeres y niños. El ejército israelí afirma haber matado a más de 17,000 militantes, pero no ha presentado pruebas para respaldar esta cifra.
Hezbollah comenzó a disparar contra Israel al día siguiente del inicio de la guerra en Gaza, lo que llevó a intercambios de disparos transfronterizos casi diarios y desplazó a decenas de miles de personas de ambos lados. La situación se ha agravado desde que Israel lanzó una ofensiva terrestre a principios de octubre, con alrededor de 15,000 soldados israelíes operando en el Líbano.