El 18 de noviembre de 2024, Rusia vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un cese inmediato de las hostilidades y la protección de los civiles en Sudán. La resolución, copatrocinada por el Reino Unido y Sierra Leona, recibió 14 votos a favor y uno en contra.
El veto fue condenado por el ministro de Relaciones Exteriores británico, David Lammy, quien declaró: "Un país impidió que el Consejo hablara con una sola voz... Este veto ruso es una vergüenza, mostrando al mundo sus verdaderos colores." El Reino Unido también anunció un nuevo paquete de ayuda por valor de 113 millones de libras esterlinas (aproximadamente 135,2 millones de euros).
En respuesta a la crisis humanitaria, el enviado especial de EE. UU. para Sudán, Tom Perriello, llegó a Puerto Sudán para discutir la situación con el presidente del Consejo Soberano, Abdel Fattah al-Burhane. Perriello busca negociar la implementación del Acuerdo de Jeddah, firmado en mayo de 2023, que aborda cuestiones cruciales, incluido el retiro de fuerzas paramilitares de áreas residenciales.
El conflicto en Sudán, que comenzó en abril de 2023, ha resultado en decenas de miles de muertes y ha desplazado a más de 11 millones de personas, según la ONU. La violencia reciente ha aumentado, con ambas partes creyendo que pueden lograr la victoria en el campo de batalla. Aproximadamente 26 millones de personas en Sudán enfrentan una grave inseguridad alimentaria y amenazas de hambruna.
La resolución pedía a ambas partes que cumplieran con los compromisos asumidos en 2023 para proteger a los civiles y permitir un acceso humanitario sin obstáculos. Sin embargo, el veto de Rusia fue anticipado por muchos diplomáticos.
Sudán ha acusado a los Emiratos Árabes Unidos de apoyar a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) con armas, una acusación que tanto Abu Dhabi como las RSF han negado. Un informe de investigación de la ONU publicado el 29 de octubre identificó a las RSF como responsables de la violencia sexual generalizada en las áreas bajo su control.
En medio de la violencia en curso, las RSF han acusado a Egipto de proporcionar apoyo sustancial al ejército sudanés, una afirmación que El Cairo ha rechazado.