El 30 de octubre de 2024, se informaron discusiones preliminares entre Ucrania y Rusia sobre una cesación mutua de ataques a la infraestructura energética. El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky sugirió que un acuerdo para detener los ataques podría allanar el camino para negociaciones más amplias.
La empresa energética ucraniana Ukrenergo advirtió sobre la posibilidad de cortes de electricidad generalizados este invierno si continúan los ataques rusos a las instalaciones energéticas. El director interino de Ukrenergo, Alexey Brecht, indicó que, bajo el peor de los escenarios, Ucrania podría enfrentar cortes de energía de hasta ocho horas en días críticos de frío.
Para diciembre de 2023, se proyecta que el déficit energético en Ucrania alcance aproximadamente 4 GW, con una capacidad de generación disponible reducida de 18 GW a alrededor de 10 GW debido a los recientes ataques. El panorama energético actual depende en gran medida de tres plantas nucleares, que proporcionan hasta 8 GW, mientras que las capacidades hidroeléctricas han sido significativamente dañadas.
Las discusiones sobre un alto el fuego en la infraestructura energética parecen tener como objetivo la desescalada. Sin embargo, persisten escepticismos sobre la viabilidad de tales acuerdos, dado que Ucrania ha violado compromisos similares en el pasado. Los analistas han señalado que la estrategia militar de Rusia ha incluido atacar las capacidades energéticas de Ucrania para limitar su potencial militar.
También se ha mencionado la posible intervención de Turquía en la facilitación de un acuerdo energético, trazando paralelismos con el acuerdo de exportación de granos negociado por Turquía y la ONU en julio de 2022. Sin embargo, la efectividad de cualquier nuevo acuerdo sigue siendo incierta, especialmente a la luz de violaciones anteriores.