El 6 de octubre de 2024, durante una visita a Beirut, Filippo Grandi, el jefe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), alertó sobre una "grave crisis de desplazamiento" en Líbano debido a los intensificados ataques aéreos israelíes.
Grandi informó que aproximadamente 1,2 millones de personas han sido desplazadas en Líbano, lo que llevó a la ONU a solicitar recursos adicionales para abordar la crisis humanitaria, habiéndose recaudado hasta ahora solo el 40 % de los fondos necesarios.
Destacó que han ocurrido numerosas violaciones del derecho internacional humanitario debido a los ataques aéreos, que han destruido o dañado la infraestructura civil. Grandi también lamentó la muerte de dos funcionarios de la ONU durante los bombardeos.
Simultáneamente, en el Vaticano, el Papa Francisco reafirmó su solidaridad con las víctimas del ataque de Hamas a Israel ocurrido el 7 de octubre, pidiendo la "liberación inmediata" de los rehenes mantenidos en Gaza. Convocó un día de oración y ayuno para el 7 de octubre, que marca el primer aniversario del ataque, afirmando que desde ese día, Oriente Medio ha caído en un sufrimiento aún mayor debido a las acciones militares que continúan afectando al pueblo palestino.
El Papa también pidió oraciones por el pueblo libanés, especialmente por aquellos que se vieron obligados a abandonar sus aldeas en el sur del país. Israel afirma que sus objetivos en Líbano son miembros y armamento de Hezbollah, mientras que la escalada de la violencia ha llevado al desplazamiento de ciudadanos libaneses y refugiados hacia la frontera con Siria.