A fecha de 28 de junio de 2025, Serbia está experimentando continuas y generalizadas protestas contra la corrupción. Estas manifestaciones desafían a la administración del presidente Aleksandar Vučić.
Las protestas fueron desencadenadas por el colapso de la marquesina de una estación de tren en Novi Sad el 1 de noviembre de 2024, que causó 16 muertes. El desastre se atribuye a la corrupción y la negligencia del gobierno, particularmente en relación con las empresas estatales chinas.
El primer ministro Miloš Vučević dimitió en enero de 2025 debido a la escalada de las protestas. Los manifestantes exigen responsabilidad y reformas sistémicas. Una concentración masiva en Belgrado en marzo de 2025 atrajo entre 275.000 y 325.000 participantes.
El gobierno serbio se enfrenta a críticas por su respuesta, con acusaciones de autoritarismo. Las autoridades han arrestado a individuos, intensificando las tensiones. Los observadores internacionales instan al respeto de las libertades democráticas.