El 3 de julio de 2025, Rusia reconoció oficialmente al gobierno talibán en Afganistán al aceptar las credenciales de un nuevo embajador afgano.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso declaró que esta medida tiene como objetivo fomentar la cooperación bilateral en varios sectores. Esta decisión sigue a la eliminación de los talibanes de la lista rusa de organizaciones terroristas prohibidas en abril de 2025, lo que indica un cambio hacia el reconocimiento formal.
En mayo de 2025, Rusia anunció su intención de apoyar a los talibanes en la lucha contra ISIS-K, destacando una alianza en crecimiento centrada en la lucha contra el terrorismo y la expansión económica. Este movimiento se produce en un contexto de creciente influencia rusa en la región y de búsqueda de alianzas estratégicas.
A pesar de estos acontecimientos, la gobernanza talibán enfrenta escrutinio internacional, particularmente en lo que respecta a los derechos humanos. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, enfatizó previamente la necesidad de que los talibanes aborden los derechos de las mujeres y establezcan un gobierno inclusivo para lograr el reconocimiento total. Esta situación plantea interrogantes sobre la postura de Rusia en la escena internacional y su relación con los derechos humanos.
El reconocimiento por parte de Rusia altera significativamente las relaciones internacionales y podría remodelar el panorama geopolítico regional, especialmente en el contexto de la creciente influencia de Rusia en Asia Central y las implicaciones para la estabilidad regional y la cooperación internacional.