Alemania ha reanudado las deportaciones de migrantes afganos, una medida impugnada por vías legales. Un tribunal federal escuchó recientemente las quejas contra estas deportaciones, centrándose en la seguridad y las condiciones humanitarias en Afganistán.
Desde 1995, Alemania ha deportado a personas a Afganistán. Persisten las preocupaciones con respecto a la seguridad y el bienestar de los retornados, dada la continua inestabilidad y las crisis humanitarias dentro del país.
En abril de 2024, el gobierno alemán defendió su política de deportar a migrantes afganos, afirmando que las decisiones se toman caso por caso, teniendo en cuenta las circunstancias individuales. Este enfoque contrasta marcadamente con las críticas de las organizaciones de derechos humanos, que citan peligros generalizados e inestabilidad en Afganistán.
Múltiples comisiones y organizaciones de ayuda han expresado su preocupación por las deportaciones, destacando los riesgos que enfrentan los retornados. Estas organizaciones argumentan que deportar a personas a Afganistán ignora los derechos humanos fundamentales y las precarias condiciones sobre el terreno.