Ecuador celebra elecciones presidenciales en medio de la violencia, la crisis económica y las preocupaciones de seguridad

Los ecuatorianos acudieron a las urnas el domingo 5 de febrero para elegir un nuevo presidente en un país que lucha contra la violencia alimentada por el narcotráfico, las dificultades económicas y una población dividida. La elección enfrenta a dos candidatos con visiones contrastantes: Luisa González, una candidata de izquierda respaldada por el expresidente Rafael Correa, y Daniel Noboa, el presidente en funciones.

A pesar de la prohibición de publicar encuestas, varias empresas predicen una carrera reñida, lo que sugiere que ninguno de los candidatos obtendrá la mayoría en la primera vuelta, lo que llevará a una segunda vuelta el 13 de abril. El ganador deberá abordar los problemas de un país que enfrenta una grave crisis económica y un aumento de la violencia, con una tasa de homicidios de 38 por cada 100.000 habitantes.

Las campañas se vieron marcadas por medidas de seguridad reforzadas, ya que los candidatos se enfrentaron a amenazas e inquietudes sobre posibles ataques. González ha declarado públicamente haber recibido amenazas e información de inteligencia que indica riesgos para su vida. Las fronteras del país se han cerrado y militarizado hasta el lunes, y los servicios de emergencia han emitido advertencias sobre posibles amenazas a la democracia.

Los ecuatorianos votan por el presidente y el vicepresidente, 151 miembros de la Asamblea Nacional y cinco parlamentarios andinos. La elección marca una revancha entre Noboa, de 37 años, y González, de 47, con González apuntando a convertirse en la primera presidenta del país. Noboa, hijo de un magnate bananera, sorprendió a muchos cuando fue elegido en 2023 a pesar de su limitada experiencia política.

El breve pero turbulento mandato de Noboa se ha visto marcado por cortes de energía debido a una sequía histórica, disputas diplomáticas con México y acusaciones de uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad en la lucha contra el crimen. La deuda del país se acerca al 57% del PIB, según el FMI, y las perspectivas económicas siguen siendo sombrías.

Los analistas advierten que el estado actual del país, caracterizado por la violencia, las dificultades económicas y un panorama político polarizado, está disuadiendo las inversiones y obstaculizando la creación de empleo. La elección determinará el camino que Ecuador tomará en los próximos años, y los votantes se enfrentan a una difícil elección entre dos visiones contrastantes del futuro.

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