La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de congelar la ayuda humanitaria a Afganistán ha generado preocupación por la situación humanitaria en el país. Afganistán, que ha estado gobernado por los talibanes desde 2021, se considera empobrecido y depende en gran medida de las donaciones extranjeras para proporcionar servicios básicos como la atención médica y la educación.
A pesar de retirar sus tropas antes de que los talibanes tomaran el poder, Estados Unidos sigue siendo el mayor donante de Afganistán. Según el Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), el gobierno de Estados Unidos ha "asignado o proporcionado más de 21 mil millones de dólares en asistencia a Afganistán y a los refugiados afganos" desde que los talibanes tomaron el control total del país.
Estados Unidos afirma que los fondos de ayuda se canalizan directamente al pueblo afgano, sin pasar por los talibanes. Sin embargo, los talibanes se benefician indirectamente de la afluencia de dólares estadounidenses, ya que ayuda a estabilizar la moneda nacional y a mitigar el riesgo de inflación. La cesación de los flujos de divisas extranjeras podría tener consecuencias devastadoras para la economía afgana.
Los expertos argumentan que la ayuda extranjera a Afganistán, incluidos cientos de millones de dólares de Estados Unidos cada año, ha ayudado indirectamente a los talibanes a consolidar su poder. Con la disminución de los fondos, creen que los talibanes podrían sucumbir a las demandas internacionales o correr el riesgo de que la oposición interna se fortalezca.
Desde que recuperaron el control de Afganistán, los talibanes han ignorado sistemáticamente los derechos humanos fundamentales, incluido el acceso a la educación y al empleo fuera del hogar para las mujeres. Bajo el gobierno de los talibanes, las mujeres afganas tienen prohibido mostrar sus rostros en público. La erosión de los derechos de las mujeres sigue siendo un obstáculo importante para el establecimiento de relaciones formales entre la comunidad internacional y los talibanes.
Los talibanes tampoco han logrado formar un gobierno inclusivo o crear oportunidades para la participación activa de los ciudadanos en los asuntos nacionales. A medida que se intensifican los llamamientos para aumentar la presión sobre los talibanes, algunos advierten que la reducción de la ayuda solo provocará un mayor sufrimiento para el pueblo afgano.
Según un informe de las Naciones Unidas, 26 millones de personas en Afganistán dependen de la ayuda extranjera para sobrevivir. Si las organizaciones humanitarias pierden el acceso a los fondos humanitarios, no podrán proporcionar ni siquiera la ayuda más básica.
Se espera que Afganistán siga estando fuera de la agenda de política exterior del presidente Donald Trump. Estados Unidos está actualmente preocupado por los conflictos en Oriente Medio y Ucrania, así como por la confrontación con China.
Durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu el 4 de febrero, Trump fue interrogado sobre sus planes con respecto a los talibanes por una periodista afgana. Simplemente declaró que no entendía la pregunta porque estaba distraído por su "hermoso acento", refiriéndose al estilo de habla de la reportera, sin dar una respuesta.