El 29 de enero de 2025, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y las Fuerzas de Operaciones Especiales (SSO) realizaron un ataque con drones en la estación de bombeo de petróleo "Andreapol" en la región de Tver, Rusia. Esta instalación es un componente crítico del Sistema de Oleoducto Báltico-2. El ataque resultó en daños a la estación de bombeo de filtración y a los tanques de almacenamiento, provocando un derrame de productos petroleros y un incendio subsiguiente. Como consecuencia, se detuvo temporalmente el oleoducto principal que suministra petróleo al terminal de Ust-Luga en la región de Leningrado.
Además de la instalación petrolera, la operación también tuvo como objetivo el 23º arsenal de misiles del Ministerio de Defensa ruso, ubicado en Tver. Los informes indicaron que más de 20 drones impactaron en el sitio, causando explosiones significativas y llevando a los residentes locales a reportar evacuaciones. El canal de Telegram ruso Astra señaló que en el momento del ataque no había municiones presentes en la instalación de almacenamiento, aunque tres edificios militares resultaron dañados.
El gobernador de la región de Tver, Igor Rudeniya, afirmó que 29 drones fueron interceptados sobre la región, mientras que el Ministerio de Defensa ruso informó sobre la caída de siete drones. Además, las fuerzas rusas afirmaron que un total de 104 drones ucranianos fueron derribados en varias regiones, incluyendo Kursk, Bryansk y Smolensk.
Más temprano en la semana, el 26 de enero, Ucrania llevó a cabo su ataque con drones más extenso de 2025, desplegando más de 180 drones en 12 regiones de Rusia, incluyendo Crimea anexada. La refinería de petróleo de Ryazan, una de las más grandes de Rusia central, fue notablemente atacada, sufriendo daños que llevaron a una suspensión de operaciones de 3 a 6 meses.
Los expertos sugieren que el reciente enfoque en las refinerías de petróleo podría indicar un cambio estratégico en el enfoque de Ucrania hacia la guerra de drones, ya que los ataques a estas instalaciones han demostrado una efectividad limitada para causar daños económicos a largo plazo. En cambio, las fuerzas ucranianas están comenzando a dirigirse cada vez más a los sitios industriales militares, que podrían tener un mayor impacto en las capacidades militares de Rusia.