El 29 de enero de 2025, el Bundestag de Alemania votó para endurecer las políticas de inmigración, tras una propuesta de la oposición Unión (CDU/CSU). La medida controvertida recibió el apoyo del partido de extrema derecha AfD, marcando un cambio significativo en la dinámica parlamentaria.
El plan aprobado de cinco puntos incluye disposiciones para controles fronterizos permanentes, el retorno de solicitantes de asilo y la detención de individuos obligados a abandonar el país. Esta decisión se produce tras un trágico incidente en Aschaffenburg, donde un hombre afgano de 28 años supuestamente mató a un niño de dos años, exacerbando la urgencia de medidas de inmigración más estrictas.
Por primera vez, la AfD votó a favor de una propuesta de los conservadores, junto con el apoyo del partido liberal. Los socialdemócratas (SPD), los Verdes y el partido de izquierda se opusieron a la medida. El plan enfatiza que las personas sin documentos de entrada válidos, que no caen bajo la libertad de movimiento europea, se les prohibirá la entrada a Alemania.
En un acalorado debate parlamentario, el canciller Olaf Scholz criticó el enfoque de la CDU, argumentando que socava los principios fundamentales de los derechos de asilo. Scholz condenó la colaboración con la AfD, afirmando que la historia enseña la importancia de proteger a las poblaciones vulnerables de ser rechazadas en las fronteras.
El líder de la CDU, Friedrich Merz, reconoció la naturaleza controvertida de la votación, expresando pesar por el apoyo de la AfD mientras enfatizaba la necesidad de políticas efectivas para abordar la inmigración ilegal. La CDU planea introducir más legislación para limitar la inmigración y la reunificación familiar para aquellos que tienen protección subsidiaria en Alemania.