Un incidente mortal de apuñalamiento en Aschaffenburg, en el sur de Alemania, ha desatado un acalorado debate sobre la política de inmigración a nivel federal. Los partidos de oposición exigen una vigilancia fronteriza integral y un aumento de las deportaciones.
Según el ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann, la deportación del sospechoso involucrado en el apuñalamiento mortal, ocurrido el 22 de enero, fracasó debido a un plazo perdido. La solicitud de asilo del nacional afgano fue rechazada en junio de 2023, y se le ordenó ser deportado a Bulgaria bajo las normas de migración de la UE. Sin embargo, las autoridades de inmigración de Baviera solo fueron notificadas de la deportación pendiente el 26 de julio, solo seis días antes de que expirara el plazo, que se agotó sin acción.
El sospechoso, un afgano de 28 años, había expresado su deseo de regresar a Afganistán en diciembre, pero no pudo hacerlo debido a la falta de documentación necesaria del consulado afgano.
Tras el incidente, Alice Weidel, líder del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, pidió una votación parlamentaria inmediata para cerrar las fronteras del país. Weidel, que es candidata a la cancillería en las próximas elecciones del 23 de febrero, instó a la coalición de oposición conservadora, compuesta por la Unión Demócrata Cristiana y la Unión Social Cristiana, a abandonar su reticencia a cooperar con su partido para aprobar una legislación destinada a cerrar las fronteras y la repatriación de inmigrantes indocumentados.
Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana, ha rechazado repetidamente la cooperación con el partido Alternativa para Alemania, que ocupa el segundo lugar en las encuestas. Ha pedido cambios drásticos en la política de inmigración y un aumento significativo de las deportaciones tras el apuñalamiento, afirmando que la situación actual representa la culminación de fracasos en la política de asilo e inmigración durante la última década.
Este incidente plantea preguntas sobre la efectividad de las políticas de inmigración de Alemania, especialmente a la luz de la decisión de la administración anterior de permitir la entrada de cientos de miles de solicitantes de asilo durante la crisis migratoria de 2015.