El 15 de enero de 2025, el gobierno de EE. UU., bajo la presidencia de Joe Biden, anunció planes para eliminar a Cuba de su lista de Estados patrocinadores del terrorismo. Esta decisión se produce junto con esfuerzos diplomáticos destinados a fomentar la buena voluntad entre las dos naciones.
En respuesta, el presidente cubano Miguel Diaz-Canel declaró que su gobierno liberaría a 533 prisioneros políticos como parte de una iniciativa de reconciliación. La Iglesia Católica en Cuba ha desempeñado un papel mediador en estas negociaciones, principalmente en relación con individuos encarcelados tras las protestas generalizadas en 2021 por cortes de electricidad y el aumento de precios de alimentos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba acogió con beneplácito la decisión de EE. UU. pero aclaró que la liberación de prisioneros no estaba directamente relacionada con esta, atribuyéndola en cambio al espíritu del Jubileo Ordinario anunciado por el Papa Francisco para 2025.
Al mismo tiempo, también se destacó la importancia histórica del 15 de enero en Alemania, marcando el 35 aniversario de la toma pública de la sede de la Stasi en Berlín Oriental. En este día de 1990, miles de ciudadanos, alentados por la caída del Muro de Berlín, exigieron acceso a los archivos de la antigua policía secreta, lo que llevó a la eventual disolución de la Stasi.
El exministro de Relaciones Exteriores de la RDA, Markus Meckel, reflexionó sobre el evento como un momento crucial en la historia, destacando el papel de los activistas cívicos en el desmantelamiento del régimen represivo de la RDA.
A medida que EE. UU. avanza en la mejora de sus relaciones con Cuba, persisten las preocupaciones sobre la posible reversión de estos esfuerzos diplomáticos, especialmente con las próximas elecciones presidenciales y la posibilidad de que Donald Trump restablezca políticas más estrictas.