El 11 de enero de 2025, se reportó una escalada significativa en la guerra de drones entre Rusia y Ucrania. Rusia afirmó haber interceptado y destruido 85 drones ucranianos que atacaban seis regiones, incluida Crimea y los mares Negro y Azov. El gobernador de Tambov, Yevgeny Pervishov, confirmó que varios drones impactaron edificios residenciales en Kótovsk, resultando en lesiones por fragmentos de vidrio.
En respuesta, la Fuerza Aérea de Ucrania informó que derribó 47 de los 74 drones rusos lanzados durante la noche. Los drones utilizados en estos ataques incluían modelos Shahed y otros tipos. El ejército ucraniano indicó que los ataques afectaron a varias regiones, incluidas Poltava, Sumy y Járkov.
En un incidente separado, un ataque de dron ruso en la aldea de Primorske, en la región de Zaporizhia, resultó en la muerte de una mujer de 47 años y heridas a otras cuatro personas, incluidas dos hombres y dos mujeres. La administración militar regional de Zaporizhia informó que el ataque tenía como objetivo un vehículo civil que transportaba a cinco personas en ese momento.
A lo largo del día, las fuerzas rusas supuestamente llevaron a cabo 377 ataques en 15 localidades de la región de Zaporizhia, utilizando una combinación de drones y aviones. Se notaron daños por escombros de drones caídos en siete regiones ucranianas, afectando edificios agrícolas y propiedades privadas.