Donald Trump está a punto de comenzar su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos en enero de 2025, un período que se espera esté marcado por una incertidumbre continua, especialmente en las relaciones internacionales y las políticas económicas. Se anticipa que el enfoque 'America First' de Trump se extienda más allá de las fronteras de EE. UU., remodelando potencialmente las dinámicas globales.
Su administración ha planteado preguntas sobre la cooperación internacional, a menudo dejando de lado a aliados y a la OTAN. Este cambio podría crear oportunidades para países como China, India y Rusia para llenar el vacío dejado por las deficiencias percibidas en el liderazgo estadounidense.
Durante su campaña, Trump amenazó con imponer aranceles que variarían entre el 10 y el 20 % sobre las importaciones, con un arancel del 60 % sobre los productos provenientes de China a partir de su primer día en el cargo. Ajustes recientes sugieren un arancel del 25 % sobre las importaciones de México y Canadá, mientras que los aranceles sobre los productos chinos se han reducido al 10 %. Estos aranceles propuestos podrían aumentar las tensiones, lo que podría llevar a medidas de represalia por parte de los países afectados.
El aumento de los aranceles representa un desafío significativo para las cadenas de suministro globales y podría poner en peligro el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que se estableció durante el primer mandato de Trump. Actualmente, una parte sustancial de las exportaciones de México y Canadá se dirige a EE. UU., con más de la mitad de los productos frescos importados a EE. UU. provenientes de México.
Las políticas comerciales propuestas por Trump podrían resultar en precios más altos para los consumidores estadounidenses y una disponibilidad reducida de bienes en las tiendas. Los críticos argumentan que estas amenazas arancelarias se utilizan como herramientas de negociación, lo que podría desencadenar una guerra comercial mundial.
Además de los problemas comerciales, se espera que las políticas de inmigración también se endurezcan bajo el liderazgo de Trump. Los líderes republicanos han propuesto medidas de deportación significativas, incluyendo controles más estrictos en la frontera entre EE. UU. y México y una reducción de la ciudadanía por nacimiento.
A nivel mundial, la cuestión de la inmigración también está siendo abordada por la Unión Europea, con países como Italia tomando medidas para gestionar los flujos de refugiados. El endurecimiento de las fronteras probablemente tendrá un impacto en los mercados laborales y en los sectores agrícolas en EE. UU. y América Latina.
En medio de estos desarrollos, Trump ha afirmado que puede poner fin rápidamente al conflicto en curso en Ucrania, lo que podría detener el apoyo financiero de EE. UU. a la región. Mientras tanto, las tensiones en el Medio Oriente, particularmente entre Israel y Hamas, han aumentado, con implicaciones para la estabilidad regional.
El panorama del liderazgo global está cambiando, con la posibilidad de que países como Irán y Corea del Norte pongan a prueba sus capacidades militares si el apoyo estadounidense a los aliados disminuye. A medida que el mundo navega por estos desafíos, el papel de la inteligencia artificial también está evolucionando, con inversiones significativas en centros de datos para respaldar los avances en IA.
Con la llegada de 2025, las implicaciones de estas políticas y dinámicas globales siguen siendo inciertas, planteando preguntas sobre el futuro de las relaciones internacionales y la estabilidad económica.