El 25 de diciembre de 2024, se destacaron los desafíos que enfrentan los individuos musulmanes en India al buscar apoyo en salud mental. Sana, un seudónimo de una profesional de desarrollo de 32 años, compartió su experiencia de prejuicios al buscar ayuda de profesionales de salud mental.
Sana recordó sus frustraciones con un psiquiatra en el All India Institute of Medical Sciences en Nueva Delhi, quien hizo un comentario despectivo sobre las familias musulmanas. Este incidente refleja un problema más amplio, ya que un informe del Bebaak Collective indicó que las necesidades de salud mental de los musulmanes indios a menudo son pasadas por alto.
Según un informe parlamentario, India cuenta con solo alrededor de 2,840 psicólogos médicos acreditados, con una representación significativamente baja de profesionales musulmanes. Estudios indican que los musulmanes en India están enfrentando un aumento de problemas de salud mental, con tasas de ansiedad más altas en comparación con los hindúes.
Investigaciones realizadas durante la pandemia de coronavirus señalaron una fuerte correlación entre las dificultades socioculturales y el estrés psicológico entre los musulmanes. Además, la marginación histórica ha llevado a peores resultados de salud mental tanto para musulmanes como para Dalits, el grupo de casta más bajo en India.
La Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de tres psiquiatras por cada 100,000 personas, pero India tiene solo 0.3, lo que crea barreras significativas para acceder a la atención de salud mental. En 2016, de los 150 millones de indios que necesitaban servicios de salud mental, menos de 30 millones buscaron ayuda, principalmente debido al estigma, altos costos y falta de conciencia.
Los musulmanes urbanos con acceso a la educación enfrentan presiones adicionales, a menudo obligados a buscar orientación religiosa antes de obtener ayuda profesional. Faizan, un hombre de 29 años que ha buscado consejería desde 2015, notó que los problemas de salud mental solo se reconocen en casos extremos dentro de su familia.
Otra persona, Zeba, una periodista de 26 años, expresó su lucha por encontrar un terapeuta que comprenda sus creencias religiosas. La integración de marcos religiosos y espirituales en la psicoterapia está ganando terreno, con algunos profesionales desarrollando enfoques que combinan principios islámicos tradicionales con psicología moderna.
Los expertos argumentan que, aunque tener un terapeuta de la misma fe puede ser beneficioso, no siempre es el caso, ya que los clientes pueden temer ser juzgados. El paisaje evolutivo de la atención de salud mental en India destaca la necesidad de enfoques culturalmente sensibles e inclusivos para apoyar a comunidades diversas.