El 16 de diciembre de 2024, se produjeron desarrollos políticos significativos en Siria y en relación con las sanciones internacionales que involucran a Corea del Norte y Rusia.
El presidente depuesto sirio Bashar al-Assad rompió su silencio tras su asilo en Rusia, afirmando que fue evacuado de Siria el 8 de diciembre, el día en que los rebeldes capturaron Damasco. En una declaración publicada a través del canal de Telegram de la presidencia siria, Assad aseguró que no tenía intención de renunciar ni de buscar refugio hasta que cayera la capital. Describió las circunstancias de su evacuación de una base militar rusa en medio de ataques de drones intensificados y el colapso de sus fuerzas.
La partida de Assad marca un giro dramático en el conflicto sirio, que ha visto más de 500,000 víctimas desde su inicio en 2011. La reciente ofensiva del grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham (HTS) llevó a la rápida pérdida de control sobre ciudades, culminando en la caída de Damasco. HTS, clasificado como organización terrorista por varios gobiernos, tiene raíces en la rama siria de Al-Qaeda.
En un desarrollo separado, Estados Unidos impuso nuevas sanciones dirigidas a bancos, generales y funcionarios norcoreanos, así como a empresas rusas involucradas en el transporte de petróleo. El Departamento del Tesoro de EE. UU. anunció estas medidas para interrumpir el apoyo de Corea del Norte a la guerra de Rusia en Ucrania. Una declaración conjunta de diez países y la Unión Europea condenó la creciente colaboración militar entre Corea del Norte y Rusia, particularmente el despliegue reportado de soldados norcoreanos para ayudar a las fuerzas rusas en Ucrania.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky informó el 14 de diciembre que el ejército ruso había comenzado a integrar tropas norcoreanas en operaciones en la región de Kursk, señalando pérdidas significativas entre estos soldados.