Volkswagen está implementando importantes medidas de reducción de costos en respuesta a una fuerte caída en las ganancias atribuida al aumento de costos internos y a la creciente competencia, especialmente de China. El negociador principal de la compañía, Arne Meiswinkel, enfatizó la necesidad de reducciones inmediatas y sostenibles para mantener la competitividad.
En reacción a estas medidas, los sindicatos han organizado huelgas en nueve plantas de Volkswagen en Alemania por segunda vez este mes. Christiane Benner, presidenta del sindicato IG Metall, criticó el enfoque de la empresa, afirmando que los trabajadores no deberían pagar las consecuencias de la mala gestión de los ejecutivos.
Benner se dirigió a miles de trabajadores en la planta insignia de Wolfsburg, argumentando que los problemas que enfrenta la empresa no pueden resolverse a través de despidos y recortes salariales. El sindicato exige que las diez plantas de Volkswagen en Alemania permanezcan operativas y que se garantice la seguridad laboral para aproximadamente 130,000 empleados.
Las huelgas anteriores del 2 de diciembre duraron dos horas, mientras que las últimas protestas se extendieron a cuatro horas. IG Metall había propuesto previamente renunciar a aumentos salariales para ahorrar a la empresa alrededor de 1.5 mil millones de euros (1.6 mil millones de dólares), pero Meiswinkel consideró que esto no era suficiente para una solución a largo plazo. La empresa sigue buscando un recorte del 10% en los salarios.
Thorsten Gröger, secretario regional de IG Metall, advirtió a la dirección que debe mostrarse más dispuesta a negociar o enfrentarse a una escalada sin precedentes en las acciones laborales.