El 24 de noviembre de 2024, en Beirut, Josep Borrell, el jefe de política exterior de la Unión Europea, advirtió que Líbano está al borde del colapso tras dos meses de confrontaciones entre Hezbolá e Israel. Borrell expresó sus preocupaciones durante una conferencia de prensa después de reunirse con el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, afirmando: 'En septiembre, estuve aquí y tenía la esperanza de que se pudiera evitar una guerra abierta lanzada por Israel contra Líbano. Después de dos meses, Líbano está al borde del colapso.'
Borrell enfatizó la necesidad de un alto el fuego inmediato y la plena implementación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que estableció un alto el fuego entre Hezbolá e Israel en 2006. También instó a los líderes libaneses a elegir un presidente tras dos años de vacío político y anunció que la UE está dispuesta a destinar 200 millones de euros a las Fuerzas Armadas Libanesas.
Además, Borrell reiteró que los Estados miembros de la UE están obligados a ejecutar las órdenes de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) contra líderes israelíes y de Hamás. Esta declaración se produjo tras un taller en Nicosia organizado por la 'Coalición de Dos Estados para Israel y Palestina', una organización activista israelo-palestina. Borrell comentó: 'Los países que firmaron el Estatuto de Roma están obligados a ejecutar la decisión de la corte. Esto no es opcional.'
Sus comentarios se produjeron en respuesta a las órdenes de arresto de la CPI contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el exministro de Defensa Yoav Gallant y el líder de Hamás Ibrahim al-Masri, conocido como Mohammed Deif, por cargos de presuntos crímenes de lesa humanidad. Hamás es clasificado como una organización terrorista por varios países, incluidos Alemania, la UE y Estados Unidos.
Cuando se le preguntó sobre informes de que el primer ministro húngaro Viktor Orbán había invitado a Netanyahu a visitar Hungría, Borrell declaró que Hungría también debe cumplir con las órdenes de arresto de la corte, al igual que todos los Estados miembros de la UE. Advirtió que el incumplimiento podría resultar en acciones legales por incumplimiento.
Borrell desestimó las acusaciones de Israel de que las órdenes de arresto son antisemitas, afirmando que las referencias a 'los períodos más oscuros de la historia' no deben usarse a la ligera. Agregó: 'Cada vez que alguien discrepa de una determinada política del gobierno israelí, se le acusa de antisemitismo... esto es inaceptable.' Las reacciones de los Estados miembros de la UE sobre las órdenes de la CPI han variado, con Francia y Alemania indicando que están revisando la situación, mientras que otros han expresado intenciones de arrestar a las personas nombradas en la orden de la CPI.