EE.UU. autoriza transferencia de minas terrestres a Ucrania en medio de conversaciones sobre clima del G20 y crecientes tensiones con Rusia

El 20 de noviembre de 2024, el presidente de EE.UU., Joe Biden, autorizó la transferencia de minas terrestres antipersonales a Ucrania como parte de un aumento en el apoyo militar destinado a contrarrestar los avances rusos. Un funcionario estadounidense no identificado confirmó que Ucrania se ha comprometido a utilizar estas minas solo en áreas donde no afecten a la población civil.

En un desarrollo relacionado, la embajada de EE.UU. en Kyiv cerró temporalmente debido a advertencias sobre un posible ataque aéreo significativo el mismo día. La administración Biden también ha permitido que Ucrania utilice misiles ATACMS de largo alcance contra territorio ruso, marcando una escalada significativa en el conflicto en curso que comenzó en febrero de 2022.

Rusia ha criticado la decisión de Biden, afirmando que exacerba el conflicto. La transferencia de minas terrestres ha suscitado preocupaciones a nivel internacional, ya que más de 160 países han firmado un tratado que prohíbe su uso debido a los riesgos a largo plazo que representan para los civiles. Sin embargo, el gobierno ucraniano ha buscado estas armas desde el inicio de la invasión, citando el uso extensivo de minas terrestres por parte de las fuerzas rusas a lo largo de las líneas del frente.

Mientras tanto, la cumbre del G20 en Río de Janeiro concluyó con discusiones ensombrecidas por la guerra en curso en Ucrania. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva instó a los líderes mundiales a reactivar las negociaciones climáticas estancadas. Biden también pidió acciones inmediatas en cuestiones climáticas, subrayando la urgencia de la situación.

La cumbre fue testigo de tensiones, ya que el reciente cambio de política de Biden respecto a Ucrania desvió la atención de la agenda de Brasil centrada en la erradicación de la pobreza y la reducción de emisiones. La ausencia de una condena explícita a las acciones de Rusia en la declaración final del G20 decepcionó a los líderes europeos, con el canciller alemán Olaf Scholz expresando frustración por la falta de responsabilidad por la agresión de Rusia.

Lula destacó la necesidad de abordar el hambre global y avanzar en las negociaciones climáticas, mientras que Biden reiteró la necesidad de colaboración para enfrentar lo que él calificó como la mayor amenaza para la existencia de la humanidad.

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