El 28 de octubre de 2024, el Primer Ministro británico Keir Starmer enfatizó la necesidad de responsabilidad fiscal mientras se prepara para un anuncio presupuestario significativo. Afirmó que su gobierno enfrentaría la "dura luz de la realidad fiscal" en respuesta a los desafíos económicos urgentes heredados de la administración anterior.
El próximo presupuesto de Starmer, que será presentado por la Canciller del Tesoro Rachel Reeves, tiene como objetivo restaurar los servicios públicos y estimular el crecimiento económico mientras aborda un déficit fiscal proyectado de £40 mil millones. Reconoció las dificultades únicas planteadas por el clima económico actual, describiéndolo como "sin precedentes" en comparación con gobiernos anteriores.
En su discurso, Starmer señaló que el gobierno laborista no recurriría a medidas de austeridad, sino que se centraría en decisiones fiscales responsables y a largo plazo. Destacó la necesidad de generar crecimiento como una prioridad, afirmando que el lento crecimiento y los niveles de vida estancados son inaceptables para los trabajadores.
Se espera que Reeves anuncie cambios en la definición de la deuda pública, lo que permitiría un aumento del endeudamiento destinado a la inversión y la aceleración económica. El gobierno enfrenta un escrutinio sobre su estrategia fiscal, particularmente en relación con su promesa de no aumentar los impuestos a los trabajadores mientras considera posibles aumentos en las contribuciones de los empleadores.
El Partido Conservador ha criticado las evaluaciones fiscales del nuevo gobierno, alegando que sirven como un pretexto para aumentos de impuestos ya planificados. A medida que se acerca el presupuesto, el enfoque sigue siendo equilibrar la necesidad de crecimiento con las realidades de la situación financiera del Reino Unido.