El 9 de octubre de 2024, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu tiene previsto hablar con el presidente estadounidense Joe Biden por primera vez en semanas, tras un reciente ataque de misiles iraníes que ha intensificado las tensiones en Oriente Medio. Los informes indican que Netanyahu pretende informar a Biden sobre las estrategias militares de Israel en respuesta a los conflictos en curso con Hezbollah en Líbano y Hamas en Gaza.
La semana pasada, Irán lanzó aproximadamente 200 misiles hacia Israel, la mayoría de los cuales fueron interceptados. Este ataque siguió a una serie de operaciones dirigidas por Israel contra actores clave en la red de aliados no estatales de Irán. En represalia, Israel ha anunciado planes para una respuesta militar significativa, que podría incluir ataques aéreos contra objetivos militares iraníes y posibles ataques a la infraestructura petrolera de Irán.
Las discusiones de Netanyahu con Biden se producen en un momento en que las relaciones entre Estados Unidos e Israel se han tensado debido a las críticas estadounidenses sobre la conducta de Israel en el conflicto en curso. Se espera que el primer ministro israelí informe a Biden sobre cualquier decisión tomada respecto a las acciones militares contra Irán.
Mientras tanto, el conflicto con Hezbollah continúa sin cesar, con recientes ataques aéreos israelíes que han resultado en al menos 36 muertes y 150 heridos en Líbano. Hezbollah ha lanzado alrededor de 135 cohetes hacia Israel, dañando casas y vehículos, y ha amenazado con intensificar los ataques contra ciudades israelíes.
Netanyahu ha advertido a la población libanesa sobre la devastación potencial que podría surgir si Hezbollah continúa su agresión, instándolos a deshacerse de la milicia para evitar más conflictos. Además, los ataques aéreos israelíes en Siria han reportado al menos siete muertos, apuntando a un edificio vinculado a funcionarios de la Guardia Revolucionaria iraní y Hezbollah.
Esta situación en escalada plantea implicaciones significativas para la estabilidad regional y las relaciones internacionales, con el potencial de compromisos militares más amplios si los esfuerzos diplomáticos no tienen éxito.