El 1 de octubre de 2024, el Pentágono anunció que Estados Unidos enviaría fuerzas adicionales a Oriente Medio para reforzar las 40,000 tropas ya presentes en la región para apoyar la defensa de Israel. El secretario de Defensa, Lloyd J. Austin III, confirmó que habló con su homólogo israelí, Yoav Gallant, y acordaron la necesidad de destruir la 'infraestructura de ataque' de Hezbollah a lo largo de la frontera.
En un desarrollo relacionado, las autoridades iraníes han amenazado con una 'respuesta devastadora' si Israel ataca a Irán. Tras los ataques con misiles a Israel, funcionarios iraníes afirmaron que el ataque era una respuesta legítima a lo que ellos denominan 'actos terroristas' por parte de Israel. El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica también repitió estas amenazas, vinculando los ataques con el asesinato de líderes clave de Hezbollah y Hamas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han declarado que responderán de manera contundente al ataque con misiles iraní, enfatizando su disposición a proteger a los ciudadanos israelíes. Los informes indican que dos personas sufrieron heridas leves debido a la caída de escombros de los ataques.
En respuesta a esta situación creciente, el presidente Joe Biden ha ordenado asistencia militar estadounidense para ayudar a defender a Israel y interceptar los misiles iraníes dirigidos al país. Tanto Biden como la vicepresidenta Kamala Harris monitorearon la situación desde la Sala de Situación de la Casa Blanca.
Las implicaciones de estos desarrollos son significativas, ya que podrían llevar a nuevas escaladas militares en la región, afectando la seguridad global y las relaciones internacionales.