El Reino Unido ha cerrado oficialmente su última planta de carbón, ubicada en Ratcliffe-on-Soar, el 30 de septiembre de 2024. Este movimiento significativo marca el final de la generación de electricidad a partir del carbón en el Reino Unido después de más de 140 años, posicionando al país como la primera nación industrial rica en abandonar el uso del carbón. La transición a fuentes de energía renovables es parte del compromiso del Reino Unido con la energía limpia, con la energía nuclear permaneciendo como un componente clave de su mezcla energética.
Anteriormente, el Primer Ministro Boris Johnson había adelantado la fecha de salida del carbón a 2024, enfatizando un futuro centrado únicamente en la producción de energía limpia. Michael Shanks, el Secretario Parlamentario de Energía, declaró que los trabajadores del carbón pueden sentirse orgullosos de haber alimentado a la nación durante más de un siglo, mientras que también destacó la aparición de nuevas oportunidades laborales en sectores renovables como la energía eólica y las tecnologías de captura de carbono.
Shanks agregó que esta transición mejorará la seguridad energética y la independencia del Reino Unido, protegerá a las familias de los crecientes precios globales de los combustibles fósiles y contribuirá a la creación de empleo y a la mitigación del cambio climático. Históricamente, el carbón fue la principal fuente de electricidad en el Reino Unido, representando casi toda la generación de energía hace un siglo, pero ahora representa solo el 1.3% de la mezcla energética en 2023.
La transición más rápida del Reino Unido en comparación con Alemania se puede atribuir a su continua dependencia de la energía nuclear. Alemania planea salir del carbón para 2038, con discusiones en curso para posiblemente adelantar esto a 2030.
Desde la apertura de su primera planta de carbón en 1882, el Reino Unido ha quemado aproximadamente 4.6 mil millones de toneladas de carbón, produciendo 10.4 mil millones de toneladas de dióxido de carbono. Un asesor gubernamental sobre asuntos climáticos declaró que el Reino Unido está por delante de otras economías del G7 en cuanto a la salida del carbón.
El cierre de la planta de Ratcliffe-on-Soar se considera un evento significativo a nivel local, nacional e internacional, habiendo sido inaugurada en 1968 y recibiendo su último envío de carbón de 1,650 toneladas este junio. Los investigadores estiman que para cumplir con los objetivos climáticos y limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius, alrededor del 60% de las reservas de petróleo y gas y el 90% de las reservas de carbón deben permanecer bajo tierra.