A partir del 29 de septiembre de 2024, el transporte por carretera es responsable de aproximadamente el 15 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo que genera llamados urgentes a la transición de vehículos de gasolina y diésel a alternativas eléctricas. Sin cambios significativos en el comportamiento del consumidor, alcanzar los objetivos climáticos de cero emisiones parece cada vez más desafiante.
En respuesta a este problema urgente, los gobiernos de todo el mundo han implementado generosas subvenciones destinadas a fomentar la adopción de vehículos eléctricos (VE). A lo largo de los años, a medida que los precios han disminuido y la tecnología ha mejorado, los VE han pasado de ser un mercado de nicho a una opción generalizada. Esta transformación ha llevado a los fabricantes de automóviles a reconfigurar sus fábricas y ampliar su oferta de vehículos de cero emisiones para satisfacer la creciente demanda del consumidor.
Además, el costo de los vehículos eléctricos ahora se acerca al de los automóviles tradicionales impulsados por combustibles fósiles, lo que sugiere que la era de los motores de combustión podría concluir antes de lo esperado. Esta transición es fundamental no solo para reducir las emisiones, sino también para combatir el cambio climático a nivel global.
Fuente: bloomberg.com