Durante una reciente reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky advirtió que Rusia se está preparando para atacar tres plantas nucleares ucranianas: Rivne, Sur de Ucrania y Jmelnytskyi. Zelensky declaró: “Tenemos esta información, tenemos pruebas. Si Rusia está dispuesta a llegar tan lejos, significa que ningún valor importa para Moscú.” También mencionó que las fuerzas rusas han estado utilizando satélites chinos para supervisar estas instalaciones nucleares.
La planta nuclear de Zaporiyia (ZNPP) ha estado bajo ocupación militar rusa desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022, lo que ha llevado a numerosos incidentes en y alrededor de la instalación. Tanto Ucrania como Rusia se acusan mutuamente de crear amenazas a la seguridad de la planta. En una entrevista con DW, Dmitry Gumenyuk, jefe del Departamento de Análisis de Seguridad del Centro Científico y Técnico Estatal para la Seguridad Nuclear y Radiológica de Ucrania, discutió las implicaciones de posibles ataques a instalaciones nucleares.
Según Gumenyuk, los ataques a los dispositivos de distribución abiertos y las subestaciones de las plantas podrían tener un impacto significativo en la seguridad nuclear y la producción de energía. Enfatizó que cualquier daño podría llevar a una reducción de la producción de energía, apagones para los consumidores y consecuencias humanitarias. Además, señaló que un ataque podría representar una amenaza directa para los reactores nucleares, que dependen de un suministro eléctrico estable para el enfriamiento.
En el peor de los casos, una pérdida total de energía podría llevar a una situación similar a la catástrofe de Fukushima en 2011. Gumenyuk aseguró que los reactores de Ucrania están diseñados con medidas de seguridad que podrían prevenir una fuga radiactiva catastrófica, pero advirtió que la situación sigue siendo precaria.
La comunidad internacional está siguiendo de cerca estos desarrollos, ya que cualquier incidente nuclear podría tener implicaciones de gran alcance más allá de Ucrania, afectando potencialmente a los países europeos vecinos.