Investigaciones recientes destacan el potencial del uso del agua como propulsor para los propulsores iónicos, lo que marca un paso significativo hacia una exploración espacial más sostenible y eficiente. Esta innovación promete reducir los costos de las misiones y aprovechar la abundancia de recursos hídricos en el espacio.
Un estudio publicado en el Journal of Electric Propulsion, dirigido por Jesús Manuel Muñoz Tejeda del Imperial College London, explora el uso de propulsores de efecto Hall (HET) alimentados con agua. Los HET, similares a los propulsores iónicos, utilizan iones acelerados para propulsar las naves espaciales. Si bien no son adecuados para el lanzamiento desde la Tierra, sobresalen en la propulsión en el espacio.
Pale Blue, una startup japonesa, está lista para demostrar sus sistemas de propulsión a base de agua en dos misiones en 2025, en asociación con D-Orbit. Su propulsor iónico de agua 1U+ se probará en el ION Satellite Carrier de D-Orbit en junio y octubre, mostrando la practicidad y los beneficios ambientales del propulsor de agua. Este sistema ofrece un impulso total de 7,000 Ns, lo que permite múltiples maniobras en órbita para los satélites.
Ventajas de los sistemas alimentados con agua
El agua es un propulsor fácilmente disponible, no tóxico y fácil de almacenar. Su sinergia con los sistemas de las naves espaciales, como el soporte vital y la refrigeración térmica, la convierte en una opción atractiva para las misiones de larga duración. El desarrollo de propulsores iónicos alimentados con agua podría revolucionar los viajes espaciales al reducir las necesidades de propulsor y utilizar los recursos que se encuentran en el espacio.