Los astrónomos han descubierto potencialmente una población oculta de galaxias sumergidas en luz infrarroja lejana. Este descubrimiento proviene del análisis de datos únicos del Observatorio Espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea. Estas galaxias podrían explicar el exceso de luz infrarroja lejana en el universo.
La luz infrarroja lejana es emitida por el polvo cósmico que absorbe la luz de las estrellas. Este polvo se produce durante los ciclos de formación y muerte de las estrellas. Cuanto más intenso es este ciclo, más polvo se produce, lo que podría ocultar las estrellas dentro de las galaxias.
Chris Pearson, astrónomo del Laboratorio Rutherford Appleton del Reino Unido, dirigió un equipo que utilizó datos de archivo de Herschel. Buscaron estas piezas faltantes en el fondo cósmico infrarrojo. Herschel, que operó hasta 2013, podía ver el universo en longitudes de onda largas de luz infrarroja lejana.
El equipo apiló 141 imágenes del instrumento SPIRE de Herschel, combinadas con datos del telescopio espacial Spitzer de la NASA. Esto creó la vista infrarroja lejana más profunda del cosmos jamás realizada. Identificaron 1.848 fuentes de emisión infrarroja lejana en este "campo oscuro".
El análisis estadístico sugiere que estas fuentes son galaxias enanas polvorientas que forman estrellas a diferentes distancias. Estas galaxias son débiles y difíciles de encontrar, lo que indica que son galaxias más pequeñas que experimentan estallidos iniciales de formación de estrellas. La extrapolación de estos hallazgos sugiere una contribución significativa al fondo infrarrojo lejano.
Se necesitan más datos para confirmar la existencia de estas galaxias ocultas. El equipo de Pearson planea utilizar el Submillimeter Array (SMA) en Hawái. Una misión propuesta por la NASA llamada PRIMA, que se especializa en espectroscopía, también podría ser fundamental para resolver este misterio.
Se publicaron dos artículos que detallan estos hallazgos en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.