Cortical Labs (Australia) ha lanzado el CL1, el primer biocomputador del mundo, en el Mobile World Congress de Barcelona.
CL1 combina un chip de silicio con células cerebrales humanas cultivadas.
Esta combinación crea una red neuronal dinámica y energéticamente eficiente.
Los investigadores llaman a esta tecnología Inteligencia Biológica Sintética (SBI).
Los sistemas SBI podrían revolucionar el desarrollo de la IA.
Las redes orgánicas aprenden más rápido y son más flexibles que los chips de silicio.
CL1 está disponible para su compra o acceso a la nube (Wetware-as-a-Service).
El biocomputador puede ayudar a la investigación médica, el desarrollo de fármacos y el modelado de enfermedades.
Podría reducir las pruebas en animales y avanzar en las terapias para trastornos neurológicos como el Alzheimer.
SBI utiliza neuronas biológicas ensambladas de una nueva manera.
Cortical Labs demostró previamente "mini-cerebros" jugando a Pong.