Los vehículos eléctricos (VE) están luchando con una imagen negativa en Austria, donde el interés por comprarlos ha caído al 40%, desde el 47% del año anterior.
Los principales desafíos incluyen:
Costos más altos en comparación con los motores de combustión tradicionales.
Preocupaciones sobre la complejidad de la infraestructura de carga.
Un escepticismo general hacia las nuevas tecnologías, denominado 'aversión al cambio.'
Ideas erróneas sobre la autonomía y el rendimiento de los VE.
Los expertos sugieren que para mejorar la adopción de los VE, los costos deben disminuir y las soluciones de carga deben ser más visibles y accesibles. Además, los esfuerzos de marketing deberían resaltar los beneficios de los VE para contrarrestar los mitos prevalentes.