En junio de 2025, el CEO de Salesforce, Marc Benioff, anunció que la inteligencia artificial (IA) gestiona entre el 30% y el 50% de la carga de trabajo de la empresa.
Esto representa un paso significativo en la “revolución del trabajo digital”, que está transformando tareas desde la codificación hasta el servicio al cliente. El papel de la IA no se limita a la eficiencia; es un cambio fundamental en la forma en que se concibe el trabajo.
Los sistemas de IA se encargan de tareas como escribir código y gestionar las interacciones con los clientes. Este cambio plantea interrogantes sobre la escalabilidad y la fiabilidad, que Salesforce está abordando mediante la mejora de los modelos de IA y su integración con la supervisión humana. En Latinoamérica, donde la adopción tecnológica varía según la región, es crucial considerar la infraestructura y la capacitación necesarias.
La adopción de la IA suscita debates sobre su impacto en el empleo y la necesidad de mejorar las habilidades. Benioff prevé que la IA alterará el trabajo en todas las industrias, creando eficiencias pero también exigiendo nuevos marcos éticos. En países como España y México, donde la protección de datos y la ética empresarial son cada vez más importantes, este aspecto es crucial.
El desafío es aprovechar esta revolución mitigando los riesgos, asegurando que los beneficios de la IA se compartan en toda la fuerza laboral y la sociedad. Es fundamental considerar el impacto social y económico, especialmente en regiones con altas tasas de desempleo o desigualdad.