El ejército de Estados Unidos está avanzando en sus esfuerzos por desarrollar sistemas de combate autónomos con un nuevo contrato de 4 millones de dólares otorgado a FAST Labs de BAE Systems por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA). Este contrato es parte de la Fase 1 del programa de Refuerzos de Inteligencia Artificial (AIR), que busca mejorar la autonomía táctica para misiones de combate aéreo más allá del alcance visual.
Michael Planer, investigador principal en BAE Systems, afirmó: "Generar un rendimiento de combate aéreo fiable y consistente requiere una gran cantidad de datos y ciclos de prueba rápidos y robustos." El proyecto utilizará aprendizaje automático para entrenar modelos para la toma de decisiones dinámicas, asegurando que los pilotos de IA sean fiables y dignos de confianza para sus homólogos humanos.
El desarrollo se llevará a cabo en Arlington, Virginia, y Burlington, Massachusetts, utilizando aviones F-16 modificados como plataformas de prueba. Esta iniciativa es parte de una colaboración más amplia entre la Fuerza Aérea de EE. UU. y la Marina para desarrollar sistemas aéreos no tripulados que puedan apoyar a los cazas tripulados, sirviendo potencialmente como soluciones rentables ante las crecientes preocupaciones sobre el programa de Dominio Aéreo de Próxima Generación.
La importancia de estos avances radica en su potencial para mejorar la efectividad en combate mientras se abordan las restricciones presupuestarias, lo que indica un cambio hacia plataformas no tripuladas innovadoras en las operaciones militares.